Los métodos alternativos de enseñanza están viviendo un momento de crecimiento en nuestro país. Son cada vez más los padres que buscan una forma diferente de educar a sus hijos y recurren a escuelas que ofrecen prácticas de enseñanza algo menos «tradicionales»: las escuelas bosque, la pedagogía Waldorf o el popular método Montessori resultan cada vez más conocidos y atraen a un mayor número de alumnos a sus aulas.
Las características de cada uno puede variar, pero prácticamente todos tienen un común un enfoque más participativo y orgánico del aprendizaje que busca un desarrollo integral y que, en muchas ocasiones, combina el juego con el estudio. Y así, conceptos tradicionales como el de profesor, asignatura, clase u horario se transforman o, sencillamente, dejan de tener validez.

Maria Montessori, italiana de nacimiento y la primera mujer que ejerció la medicina en su país, fue la artífice de uno de estos modelos pedagógicos cuyo alcance, hoy en día, llega a los cinco continentes. El famoso método Montessori se ofrece cada vez en más escuelas, hasta 57 en España, y también es creciente el número de maestros que se forma específicamente para desarrollar su profesión desde este enfoque: ¿qué caracteriza, entonces, a la pedagogía Montessori para que haya convencido a miles de padres y tutores en todo el mundo?
Los principios que definen el método Montessori
A pesar de que, en la actualidad, las escuelas Montessori puedan tener cierta imagen de élite (no en vano, son en la mayoría de casos escuelas privadas), la realidad es que el origen de este enfoque pedagógico es mucho más humilde. De hecho, la Dra Montessori pudo poner en práctica su metodología durante su etapa como directora de un centro psiquiátrico, donde consiguió que varios niños pudieron desarrollar sus aptitudes de lectura y escritura con normalidad. Probada su eficacia, el método Montessori pasó a implementarse en escuelas de niños desfavorecidos donde, de nuevo, arrojó excelentes resultados formativos.
Desde entonces, este enfoque de enseñanza ha evolucionado, pero sigue manteniendo varios de sus principios definitorios: la libertad y el descubrimiento, el autoconocimiento y el fomento de la creatividad, además de prestar una especial atención a los espacios y materiales pedagógicos.
Se trata de una filosofía que entiende el aprendizaje como un proceso paralelo al propio desarrollo del niño, en el que su propia motivación y curiosidad le empujan a profundizar en el conocimiento. Esta libertad es una de las características del método Montessori más conocidas, pero no se debe asociar con el desorden o la ausencia de control; los niños persiguen sus intereses, aprenden interactuando con los materiales y su compañeros, y desarrollan de forma natural el sentido de la responsabilidad y del compromiso.
Algunos estudios señalan las limitaciones que esta metodología presenta de cara a pruebas o exámenes estandarizados como los de acceso a la universidad
El profesor, en este contexto de enseñanza, actúa como supervisor o guía, alejándose de cualquier tipo de imposición. El método Montessori posibilita que los niños exploren y aprendan a partir de la libertad de pensamiento y movimiento, y el maestro o guía actúa para que esto ocurra: favorece su independencia y pone a su disposición todos los elementos necesarios para que descubra, por sí mismo, qué y cómo puede aprender.
¿Cómo aprenden los niños con el método Montessori?
Cada niño posee un ritmo de comprensión y desarrollo diferente, y toma como referentes a sus maestros e incluso a sus propios compañeros. El respeto hacia esta diferencia es otra de las características del método Montessori, que favorece que sean los propios alumnos los que soliciten ayuda cuando la requieran.

El ecosistema de aprendizaje es otro de los puntos llamativos y, posiblemente, lo que más diferencia a esta filosofía de otras metodologías pedagógicas. El aula se concibe como un espacio ordenado, con diferentes áreas que el alumno puede recorrer libremente, explorando las actividades o materiales a su disposición; de esta manera, se facilita su trabajo individual o colectivo, estimulando siempre la interacción con los materiales didácticos y con sus compañeros, que pueden o no ser de su misma edad.
Los materiales característicos en la pedagogía Montessori responden precisamente a este enfoque de descubrimiento y exploración, y por ello deben ser diseñados específicamente. Los alumnos cuentan en su aula con todo tipo de ejercicios y estímulos que les deben ayudar a adquirir conocimientos específicos desde el pensamiento abstracto; así, la presencia de juegos lógicos, colores y otros elementos sensoriales son una constante en las aulas Montessori, pero siempre adaptados a cada etapa del desarrollo.
Los fundadores de Google, Wikipedia o Amazon, pero también personalidades como el Premio Nobel Gabriel García Márquez, se educaron en centros Montessori
En este sentido, resulta vital que los maestros cuenten con las competencias necesarias para poder abordar este tipo de enseñanza. Para ello, es importante contar con una formación adecuada en Educación Infantil o Educación Primaria, así como una preparación específica en el método, que aporte herramientas a los guías para el diseño de materiales, la consecución de los objetivos pedagógicos y el fomento constante del aprendizaje inteligente.
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