El auge de las nuevas tecnologías nos ha llevado, casi sin darnos cuenta, a convertirnos en personas digitalmente dependientes. En la actualidad, prácticamente todas las gestiones, transacciones o compras que realizamos pueden hacerse en línea, y también nuestra forma de relacionarnos socialmente se ha adaptado al ecosistema digital. Por ello, la relación entre seguridad en internet, redes sociales y Derecho genera debates intensos y avanza para garantizar el respeto a nuestra privacidad y protegernos frente a posibles ataques.

Una de las paradojas de la tecnología es que, a pesar de generar dudas sobre su seguridad y la necesidad de revisar la legislación vigente, nos resulta cada vez más imprescindible. Y es que, de forma progresiva, nuestro día a día se vuelca en internet y es cada vez más complejo vivir al margen: buscar trabajo, operar con los bancos, relacionarse con la Administración e incluso interactuar con nuestros conocidos y amigos son tareas que, irremediablemente, realizamos en las redes o desde nuestro smartphone. Y las alternativas más «analógicas», poco a poco, desaparecen.
Por ello, resulta fundamental que las leyes y los profesionales del derecho se adapten a esta revolución tecnológica y garanticen que nuestra relación con las TIC se asiente sobre un marco que vele por la seguridad de las transacciones, de los datos y de nuestra privacidad.
¿Cuáles son los peligros de las redes sociales?
La relación entre redes sociales y derecho resulta especialmente sensible, ya que vivimos rodeados de plataformas en las que inconscientemente volcamos contenido de carácter personal totalmente accesible a terceros. Existen redes y canales sociales de todo tipo (de carácter musical, editorial o simplemente de comunidad) y millones de usuarios que cada día comparten libremente información que, posteriormente, puede ser utilizada con fines comerciales.
Los últimos estudios muestran que más del 93% de los jóvenes andaluces está familiarizado y usa con frecuencia las redes sociales, especialmente como herramienta comunicativa. Son muchos los menores de edad que cuentan con sus propios perfiles sociales en plataformas como TikTok, Instagram o Youtube, donde no sólo pueden publicar contenido propio sino también acceder a millones de mensajes, fotografías o vídeos compartidos por otros usuarios.
Uno de los mayores riesgos de las redes sociales, y que representa un verdadero reto para la seguridad en internet de los adolescentes y niños, es precisamente la exposición a contenido ajeno que puede ser de corte violento, erótico e incluso pornográfico: hasta 7 de cada 10 jóvenes andaluces se ha encontrado con este tipo de contenido sin buscarlo, según un informe de Save The Children.
La UE ha puesto en marcha varias líneas de acción para educar a la sociedad en ciberresiliencia, protección de datos en entornos digitales y seguridad de la información
Las redes sociales pueden ser, sin duda, un campo de cultivo de situaciones delictivas graves que van más allá del consumo de imágenes o vídeos inapropiados, y que abarcan desde el acoso al chantaje o incluso el robo; situaciones todas ellas que se pueden colar con mucha facilidad en nuestros «mensajes directos» y que, en el caso de los más jóvenes, en ocasiones ni siquiera son percibidas como delitos. Por ello, como usuarios es fundamental que nos eduquemos en el uso responsable de las redes sociales, y que prestemos una especial atención a la forma de acceso e interacción de los niños y adolescentes con estas plataformas.
Pero, ¿cómo podemos actuar en la prevención de todos estos riesgos presentes en las redes? Algunos de los consejos de los expertos pasan por soluciones como las siguientes:
- Revisar los ajustes de privacidad y establecer límites a la visibilidad de nuestro perfil
- Limitar los permisos de nuestros seguidores a la hora de contactarnos y establecer filtros de contenido
- Evitar a toda costa compartir información de carácter personal como localización, documentos de identificación, números de teléfono, etc
- Proteger el acceso a nuestro perfil social introduciendo, por ejemplo, la verificación en dos pasos
- Cuidar la privacidad de nuestros contactos, evitando mencionar, etiquetar y compartir contenido sin su autorización
- Desconfiar de los mensajes de seguidores desconocidos, sobre todo si incitan a hacer click en enlaces o buscan trasladar la conversación a otros ámbitos
Y, por supuesto, siempre actuar con celeridad ante cualquier conducta irregular o la mínima sospecha de ciberacoso. Las redes sociales son, en su mayoría, de acceso gratuito y abiertas, lo que implica que prácticamente cualquier persona puede crear un perfil y comenzar a consumir el contenido que publiquemos; por ello, la primera línea de defensa será siempre nuestra propia responsabilidad como usuarios.
Seguridad en internet, redes sociales y Derecho
La privacidad y la seguridad en internet es una de las grandes preocupaciones de la Unión Europea, una de las regiones más restrictivas del mundo en materia de protección de datos, que impone normativas cada vez más duras a los grandes conglomerados digitales estadounidenses y chinos.

En la actualidad, existen más de 4000 millones de objetos inteligentes conectados en el mundo que, además, enlazan con nuestros perfiles sociales y recaban información sobre nuestros gustos, preferencias de compra y aficiones. Los dispositivos y motores de búsqueda avanzan cada vez más hacia las soluciones por voz, por lo que recogen cada día una gran cantidad de información que se puede sintetizar, extrapolar… e incluso vender. Al avance tecnológico le siguen importantes brechas de seguridad y lagunas legales para perseguir nuevos ciberdelitos, por lo que cada vez es más importante cuidar la relación entre internet, redes sociales y derecho.
Los juristas, hoy en día, se enfrentan al reto de crear herramientas que persigan estas conductas delictivas y colaboren a crear un ecosistema digital más sano. Desde el diseño de una regulación gubernamental más fuerte a la definición de la propiedad de intangibles o la responsabilidad de cada plataforma, la realidad es que el auge tecnológico está abriendo nuevas oportunidades para los profesionales del Derecho.
Según el portal Infoempleo, las ofertas de trabajo en el ámbito legal digital se incrementaron un 60% en 2023
La formación especializada, construida desde el Grado en Derecho, puede alcanzarse a través de complementos o títulos especializados que profundicen en cuestiones como Justicia Electrónica, Compliance o Protección del Consumidor de Nuevas Tecnologías. Todos ellos, contenidos incluidos en el plan de estudios del Máster Universitario en Derecho Tecnológico y Digital que ofrece la Universidad CEU Fernando III, ¡un postgrado perfecto para actualizar tu perfil si te interesa el binomio redes sociales y Derecho!