Las vemos cada día en las ofertas de empleo que se publican en internet e incluso las referenciamos en nuestro currículum, aunque a veces no las identificamos con esta etiqueta: las «hard skills» o habilidades duras son las que nos definen profesionalmente y nos adecuan más o menos a un puesto de trabajo.
Pero, ¿cuáles son estas habilidades y por qué debemos ponerlas en valor cuando buscamos un empleo o queremos publicar nuestro perfil en alguna red profesional? ¡En este artículo te damos algunas claves para conocer mejor este concepto tan de moda!
¿Cuáles son las llamadas «hard skills»?
A la hora de redactar nuestro currículum, es habitual que queramos dar visibilidad a nuestra educación y experiencia profesional. Esto, sin duda, es una buena práctica que nos ayudará a diferenciarnos y a demostrar que somos los mejores candidatos para un puesto de trabajo.
Sin embargo, hay otro elemento que no está de más incluir en nuestro CV: las «hard skills». Son aquellas habilidades, normalmente de carácter técnico, que sólo pueden obtenerse por medio de la formación y de la práctica profesional específica; pero no son simples referencias, sino que se relacionan con habilidades aprendidas, demostrables e incluso medibles.
Muchos empleadores exigen ciertas destrezas a los candidatos a un puesto, y también hay empresas que ofrecen formación técnica específica a sus nuevos empleados
Las «hard skills», conocidas por este vocablo en inglés, están íntimamente relacionadas con un sector profesional o industrial, se pueden enseñar y aprender, e incluso ser certificadas. Y resultan especialmente importantes porque son las que te permitirán desarrollar ciertas tareas de manera eficiente y productiva.
¿Vienen estas habilidades duras de la propia formación? Desde luego, no son habilidades naturales puesto que se entrenan, pero haber realizado determinados estudios no implica haber adquirido estas destrezas técnicas.
«Hard skills» vs «soft skills»: sus diferencias
Para entender mejor qué son y cómo se pueden cultivar, quizás sea mejor pensar en ejemplos concretos. Así, a un profesional del Marketing se le pueden presuponer algunas capacidades relacionadas con la promoción de productos o servicios; sin embargo, aunque posea nociones teóricas por su educación universitaria, quizás no haya desarrollado su trabajo en el ámbito de la publicidad en línea. Y por ello probablemente no pueda demostrar «hard skills» relacionadas con SEM, manejo de plataformas publicitarias o métricas de conversión.
Y este ejemplo se puede extrapolar a profesionales de otros sectores, pero la conclusión siempre es la misma: no son innatas ni se poseen necesariamente por contar con un cierto recorrido académico o profesional.
Entonces, ¿estas habilidades están relacionadas con las populares «soft skills»? ¡No directamente, puesto que se refieren a destrezas de diferente naturaleza!
- Las «soft skills» tienen un carácter más interpersonal y son transversales: trabajo en equipo, liderazgo o habilidades comunicativas son algunas de ellas. Resultan de vital importancia en la actualidad y cada vez están mejor valoradas por los empleadores, pero no son fácilmente cuantificables.
- Las «hard skills» sí se pueden medir de manera objetiva porque demostrables: poder desarrollar una app, utilizar un determinado programa informático o dominar un registro idiomático específico son ejemplos de habilidades duras. Y todas ellas se pueden certificar, o se pueden entrenar para obtener una certificación que demuestre que se poseen.
¿Existen distintos tipos de habilidades duras?
Si deseas destacarlas en tu currículum, lo mejor es que las categorices, bien dentro de un apartado de idiomas, de certificaciones obtenidas o de programas informáticos que domines. Sin embargo, no existe dentro de estas habilidades una categorización oficial, aunque es habitual agruparlas según los siguientes criterios:
- Destrezas analíticas: Modelos estadísticos, CRM, Data Mining o certificaciones de Google Analytics, entre muchas otras.
- Destrezas técnicas: Lenguajes de programación específicos como Python, SEO técnico, todo tipo de software informático o herramientas de trabajo colaborativo.
- Destrezas comunicativas: Idiomas extranjeros, blogging, gestión de redes sociales, etc.
Y, en general, cualquier tipo de conocimiento específico que hayas podido adquirir y poner en práctica: Microsoft Office, Java, Adobe, inglés académico, e-mail marketing, Photoshop… ¡la lista es infinita!
Las habilidades emocionales, el siguiente gran paso
La combinación de todas estas destrezas es, sin duda, lo que caracteriza en la actualidad a los perfiles más deseables por las empresas. Y es que, con la globalización y la irrupción de las nuevas tecnologías, tan importante es el conocimiento específico en un campo con la capacidad para desarrollar un proyecto colaborativo, por ejemplo.
Las habilidades emocionales serán el tercer vértice del triángulo de «skills» que todo profesional del futuro deberá tener. Son aquellas relacionadas con la inteligencia emocional y que deberán aplicarse en el trabajo para multiplicar la productividad y la motivación de los equipos: la empatía, la escucha activa, la asertividad o el pensamiento creativo pronto serán habilidades que tendrás que trabajar desde tus años de universidad: ¡y en la Universidad CEU Fernando III estamos resueltos a acompañarte en este camino tan apasionante!