Desgraciadamente, y a pesar de los avances en investigación médica, existen todavía muchas enfermedades crónicas, graves o incurables que ponen en riesgo nuestra vida. Algunas de ellas cuentan con tratamientos farmacológicos agresivos, pero necesarios para curar la patología, y en otras ocasiones puede que incluso no exista terapia posible para hacer frente a la enfermedad; en estos casos, los cuidados paliativos en Enfermería resultan de vital importancia para acompañar al tratamiento primario y, en la medida de lo posible, mejorar la calidad de vida del paciente durante su enfermedad.

Si bien los cuidados paliativos se asocian habitualmente a trastornos de extrema gravedad o terminales, no siempre se prescriben a pacientes en esta situación. Su naturaleza y tratamientos asociados son fundamentales en fases avanzadas de enfermedades como las oncológicas, degenerativas o vasculares, pero el trabajo de enfermero juega también un papel muy importante en el acompañamiento de otro tipo de pacientes crónicos o de edad avanzada.
Más allá de la administración de medicamentos, el tratamiento paliativo puede resultar de gran importancia no sólo para los pacientes, sino también para sus familias, e implica a una gran cantidad de perfiles profesionales: desde médicos a enfermeros, psicólogos, auxiliares o trabajadores sociales, por ejemplo.
Pero, ¿qué son los cuidados paliativos?
Se trata de una parte integrante (e importantísima) del tratamiento a la persona enferma, fundamentalmente. Este tipo de cuidados se aplica de manera especial a aquellos pacientes que sufren molestias y dolencias asociadas a patologías serias, enfermedades degenerativas graves o en avanzada fase de desarrollo.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud define los cuidados paliativos como un «planteamiento que mejora la calidad de vida de los pacientes (adultos y niños) y sus allegados cuando afrontan problemas inherentes a una enfermedad potencialmente mortal«. Y es que recibir este tipo de tratamientos no significa estar necesariamente cerca del final de la vida, pero sí implica sufrir enfermedades que amenazan gravemente nuestra salud, tales como:
- Enfermedades degenerativas del sistema nervioso, como el alzheimer, la esclerosis o el parkinson
- Enfermedades respiratorias crónicas, como la fibrosis pulmonar o el EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica)
- Anomalías congénitas
- Enfermedades cardiovasculares, insuficiencias cardíacas u orgánicas de otro tipo
- Enfermedades oncológicas, especialmente aquellas en las que el tratamiento tumoral no resulta efectivo
En general, estas patologías llevan normalmente asociado un elevado nivel de dolor físico y psicológico, también en los allegados de los pacientes, sobre los que es necesario actuar para garantizar su bienestar y confort. Por ello, es el médico el que estudiará el estado del paciente y, en función de la situación y avance de su enfermedad, determinará la necesidad de recibir cuidados paliativos, domiciliarios o en una unidad médica u hospitalaria específica.
Según la OMS, actualmente sólo un 14% de las personas que necesitan asistencia paliativa en el mundo la recibe
El trabajo de enfermero es, en este sentido, de vital importancia porque sobre él recaerá gran parte del tratamiento que recibirá el paciente, aunque los cuidados paliativos pueden contemplar a otros profesionales para que actúen de manera coordinada y competente: cuidadores, psicólogos e incluso personas designadas para el acompañamiento espiritual.
El acompañamiento integral de la persona, tanto a nivel físico como emocional, está en la base de los cuidados paliativos y resultan de vital importancia para entender la enfermedad, mitigar el sufrimiento y garantizar la dignidad incluso en el final de la vida. De esta forma, los profesionales sanitarios ayudan al paciente y sus allegados a sobrellevar mejor su situación, mejorar su calidad de vida e incluso a colaborar positivamente en la evolución de la enfermedad. Estos cuidados se contemplan, por ejemplo, cuando existe un cáncer agresivo, una condición física limitante o no existe la posibilidad de recibir un trasplante de hígado o de corazón.
La importancia de los cuidados paliativos en Enfermería
El trabajo de enfermero, como parte integrante del equipo de atención primaria o del equipo de soporte en cuidados paliativos, es uno de los más importantes en este tipo de tratamientos. No sólo colaborará con el responsable médico en la evaluación del paciente, sino que además planificará los cuidados, administrará los tratamientos y coordinará su labor con la del resto de profesionales implicados.

Para ello, el enfermero debe contar con conocimientos y aptitudes específicas para afrontar de manera eficiente situaciones de gran dolor físico, pero también emocional. Además de poseer las competencias esenciales que aporta el grado en Enfermería y de la capacidad de ponerlas en práctica de forma ágil, el profesional enfermero debe cultivar otro tipo de habilidades básicas para la administración de estos cuidados, relacionadas en gran medida con la bioética, la empatía y el apoyo emocional. No en vano, los pacientes de enfermedades graves se enfrentan a diagnósticos traumáticos, en muchas ocasiones poco optimistas y que limitan en gran medida su vida; esto sin duda genera en ellos y en sus familiares situaciones de incomprensión, rabia e incertidumbre que deben canalizarse y aliviarse de manera adecuada.
Los cuidados paliativos en Enfermería contemplan multitud de acciones dirigidas a potenciar el bienestar y mejorar, en lo posible, la calidad de vida del enfermo. Desde cuestiones relativas a la nutrición, al tratamiento de úlceras y sondas, o a la propia dispensación analgésica, el trabajo de enfermero en este área debe incluir también aspectos como la comunicación o la atención al sufrimiento espiritual y trastornos de la autoestima. Los cuidados paliativos no sustituyen en ningún caso al tratamiento primario, pero sí lo complementa y aporta un valor humano indispensable en el desarrollo de la enfermedad.
El cuidado de la persona enferma, con respeto a su autonomía y valores, es la misión de cualquier tratamiento de tipo paliativo
Si tu vocación es la enfermería, es posible que tu futuro profesional pase por una unidad de hospitalización domiciliaria o por integrarte en un equipo de soporte de cuidados paliativos; si es así, debes saber que estarás desarrollando uno de los trabajos más reconfortantes en la rama sanitaria, como es el de aportar confort y alivio a personas que se encuentran en estado de sufrimiento. Un aporte cálido, humano y tan necesario como la propia medicina.