Se trata de una de las salidas profesionales más deseadas por los graduados en Derecho, por su prestigio asociado y excelentes perspectivas salariales, aunque estas dependerán de la experiencia, grupo y nivel al que pertenezcan. Estudiar para ser notario no es un camino sencillo, requiere de la superación de un examen público, pero tampoco resulta imposible: más de 2800 profesionales ejercen como notario en España, y es un perfil muy demandado por la sociedad, por lo que se trata de una excelente opción si quieres encaminar tu futuro hacia el ámbito jurídico.

Ejercer como notario en nuestro país requerirá por tu parte contar con una buena formación de base y superar una oposición que, eso sí, se encuentra entre las más competitivas. Una combinación de excelencia jurídica, habilidades personales y un claro compromiso con la seguridad jurídica: ¡hay muchas razones que te pueden motivar a estudiar para ser notario!
¿Qué hace un notario?
Los notarios son, de entrada, funcionarios públicos. Esto quiere decir que dependen de la Dirección General de los Registros y del Notariado, que a su vez es un órgano ligado a la Secretaría de Estado de Justicia del Gobierno de España, por lo que se trata de funcionarios del Estado. Estos profesionales del Derecho se agrupan en 17 Colegios Notariales, uno por cada comunidad autónoma, cuyos decanos se organizan a su vez en un ente nacional denominado Consejo General del Notariado.
La principal función del notario es dar fe pública de todos los actos y contratos que se realicen en su presencia, que deben reflejarse en una escritura pública. De esta forma, se aseguran de que las partes implicadas en un registro civil o mercantil conozcan y acepten las condiciones, por ejemplo, de una compraventa. De esta manera, se garantiza también el ajuste a la legalidad de estos actos y se les supone la máxima seguridad jurídica. Y es que cualquier acto firmado ante notario siempre contará con el mayor nivel de autenticidad y veracidad posible.
Una de las características de la figura del notario es su total independencia, ya que se encuentra únicamente condicionado por la Ley. Por ello, nadie pone en duda la veracidad de su trabajo.
Además de garantizar la legalidad de los documentos jurídicos, el notario puede asesorarnos de forma imparcial sobre procedimientos legales, redactar y tramitar escrituras públicas, y también autentificar firmas o dar testimonio de que una persona está viva (la llamada «fe de vida»). Como ves, el alcance de su trabajo es amplio porque hay muchos actos que únicamente son válidos si se realizan ante notario, ya que es el máximo garante de seguridad jurídica.
¿Cuándo debemos acudir a un notario?
Sin duda, a lo largo de la vida nos encontraremos con numerosas situaciones legales en las que necesitaremos acudir a un notario, ¡por ello estudiar para ser notario es una opción tan interesante para los profesionales del ámbito jurídico! Más allá de la típica firma de una hipoteca a de la lectura de un testamento, algunos de los motivos más habituales para contratar los servicios de una notaría son los siguientes:
- Comprar o vender bienes inmuebles
- Crear o disolver una sociedad mercantil
- Autentificar todo tipo de documentos, copias y firmas
- Realizar donaciones o traspasos patrimoniales
- Constituir o disolver matrimonios o parejas de hecho
- Otorgar poderes para que una persona realice trámites administrativos en nombre de otra
Y, en general, cuando necesitemos de una escritura para formalizar cualquier tipo de acto jurídico o un contrato privado. Acudir a un notario será siempre, y en todos los casos, garantía de seguridad jurídica y de conocimiento por parte de todas las partes implicadas de las condiciones de ese acto.
¿Qué hay que estudiar para ser notario?
El camino que te llevará a ejercer como notario comienza pronto, ya que es un requisito básico contar con un Grado en Derecho como el que te ofrece la CEU UF3, que te aportará una sólida base de conocimientos jurídicos generales. Sin embargo, estudiar para ser notario te llevará un poco más de tiempo, ya que necesitarás superar un examen público u oposición para obtener una plaza. Y es que, aunque hay notarios en todo el territorio nacional y se convocan oposiciones de manera periódica, el número de plazas es limitado y solo se constituirán aquellos candidatos que hayan obtenido las mejores cualificaciones.

Para ejercer como notario deberás demostrar que tienes una excelente formación jurídica, además de una gran capacidad de análisis y síntesis, así como habilidades de comunicación verbal. No en vano, los exámenes que deberás pasar incluirán exposiciones orales y redacción escrita, donde deberás concentrar todos tus conocimientos sobre el temario publicado en el BOE y demostrar que puedes redactar dictámenes o escrituras. Tu dominio sobre Derecho Procesal, Mercantil, Hipotecario o Fiscal deberá ser excelente, tanto en su conocimiento como en su aplicación: ¡por ello estudiar para ser notario requiere de tanto esfuerzo!
Por lo tanto, los requisitos que deberás cumplir para constituirte como notario son los siguientes:
- Estar en posesión de la nacionalidad española o de cualquier otro país de la Unión Europea
- Haber superado los estudios de Derecho, ya sea en grado o licenciatura
- Haber superado con éxito el examen oposición correspondiente con la calificación necesaria para optar a a una de las plazas ofertadas
Se trata, como ves, de un proceso exigente que exige una gran determinación y tiempo de estudio que, en términos generales, está alrededor de los ocho años: cuatro correspondientes al grado en Derecho y al menos cuatro más de preparación específica para el concurso público.
Pero, ¿por qué es tan costoso estudiar para ser notario? Son muchos los motivos que justifican esta exigencia, pero hay que tener en cuenta que se trata de una figura de alta especialización y solvencia, que debe actualizar constantemente sus conocimientos y que, sobre todo, que realiza una labor pública de vital importancia: ¡te animamos a dar el primer paso cursando nuestro Grado en Derecho!