Si eres capaz de expresarte con fluidez en español y en otra lengua, estás de enhorabuena. En un mundo tan globalizado como el nuestro, hablar dos idiomas o más representa una enorme ventaja competitiva en el mercado laboral, y es una capacidad que no tiene por qué venir de cuna: como adulto también puedes entrenar tus competencias lingüísticas hasta alcanzar una notable destreza idiomática. Entonces, ¿qué es el bilingüismo y cómo se puede alcanzar ese nivel de conocimiento de idiomas?

Contrariamente a la creencia más generalizada, el bilingüismo no tiene por qué ser un privilegio de aquellas personas que nacen en un entorno multicultural o poseen dos lenguas maternas. Es más, las lenguas aprendidas en edades más avanzadas pueden hacer que una persona llegue a ser bilingüe, siempre que realice un uso habitual de las mismas y cumpla con uno de sus objetivos fundamentales: poseer la capacidad de comunicarse (eso sí, con un cierto nivel de competencia).
Son muchos los expertos y los estudios académicos que buscan definir qué es el bilingüismo y relacionarlo con el aprendizaje de idiomas o la exposición multi idiomática en niños y jóvenes, ¡lo cierto es que hay posturas muy distintas sobre todas las implicaciones que posee!
¿Qué es el bilingüismo? Las ventajas de hablar idiomas
Como fenómeno, el bilingüismo está muy extendido y es más cercano de lo que pensamos. De hecho, en España una gran cantidad de personas son bilingües porque en varias de las Comunidades Autónomas el español convive con otra lengua cooficial: el euskera, el gallego, el catalán y el valenciano.
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Sin embargo, es más habitual que el bilingüismo se asocie al conocimiento de una o varias lenguas extranjeras (en este caso, hablaríamos de multilingüismo), con especial atención al inglés. Y cierto es que, si nos atenemos a este criterio, los españoles no destacamos especialmente en el contexto europeo: según Eurostat, la agencia europea de estadística, en 2022 sólo el 56,2% de los españoles reconocía hablar al menos una lengua extranjera, frente al 74,6% de la media europea.
Aprender un idioma siempre es algo útil y un requisito fundamental si se quiere realizar cualquier proyecto, de estudios o trabajo, que tenga un carácter internacional; por ejemplo, es habitual que se exija un nivel B2 como mínimo para irse de Erasmus+ en la universidad. Pero, ¿en qué medida estaría esto relacionado con lo que es el bilingüismo?

Muchos autores han teorizado sobre este tema y llegado a diferentes conclusiones; uno de los más referenciados, el suizo François Grosjean de la Universidad de Neuchâtel, definió el bilingüismo como la capacidad de alguien para «utilizar dos o más lenguas en su vida diaria de manera regular”.
Y, basándonos en esta definición, es posible entender que una persona bilingüe no necesariamente ha de poseer las competencias idiomáticas de un nativo porque, de hecho, este fenómeno no es demasiado habitual. Es más, el nivel de profundidad o frecuencia de uso de los idiomas puede variar considerablemente, haciendo que la balanza se incline más hacia uno de ellos, que ciertos registros sean más naturales en uno o que, según el contexto, aflore uno de forma más fluida.
Niveles y tipos de bilingüismo
No resulta imposible, pero sí poco habitual, el hecho de dominar varios idiomas de manera totalmente simultánea y con un nivel nativo. Esto implicaría no sólo el evidente control de todo tipo de estructuras gramaticales, registros y características fonéticas de esas lenguas; para aprender idiomas también se hace necesario entender las culturas de origen y los contextos que moldean su uso, ya que todo esto también define qué es el bilingüismo y cómo las personas bilingües se adaptan a cada lengua.
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En líneas generales, los autores coinciden en diferenciar entre el bilingüismo simultáneo y el sucesivo, siendo este último el más habitual ya que hace referencia al aprendizaje de idiomas de manera secuencial: por ejemplo, en el colegio o, a lo largo de los años, en centros de idiomas. En este caso, la lengua materna (L1) será la dominante, pero esto no impide que en las demás (L2, L3…) se logre alcanzar un nivel de destreza muy alto. En el caso del bilingüismo simultáneo, sí resulta imprescindible que ambas lenguas se hayan aprendido a la vez, por ejemplo cuando existen dos lenguas maternas en uso en el mismo hogar.

Otra visión del bilingüismo diferencia entre su posible carácter aditivo o sustractivo. En el primer caso, hablaríamos de lenguas que tienen el mismo peso o consideración social, por ejemplo cuando un hispanohablante estudia inglés; en este caso, aprender idiomas se relaciona con un enriquecimiento formativo y cultural que en ningún caso menoscaba el valor de la lengua dominante (L1). Un bilingüismo sustractivo, por otro lado, supondrá la sustitución paulatina de una de las lenguas por otra que tenga más prestigio o socialmente esté más reputada, dejando la otra minorizada.
¿Qué aspectos positivos tiene el aprendizaje de idiomas?
Ser bilingüe o multilingüe presenta ventajas que van mucho más allá del hecho de aprender idiomas. Además de dotar de nuevas herramientas de comunicación, con todo lo positivo que ello representa a nivel profesional, existen otros beneficios asociados:
- Favorece el aprendizaje de nuevos idiomas, ya que el cerebro está entrenado para ello
- Facilita la movilidad en el extranjero, ya sea para estudios o trabajo
- Potencia la flexibilidad cognitiva y la agilidad mental
- Activa procesos neurológicos, por ejemplo ante un nuevo input idiomático
- Favorece el desarrollo de competencias interculturales
Por todo ello, ¡nuestra recomendación es que te lances a estudiar una nueva lengua, sea cual sea tu nivel de partida! Como estudiante de la CEU UF3, tienes a tu disposición el Instituto de Idiomas de CEU Andalucía y muchas actividades de intercambio idiomático para que puedas reforzar tu expresión oral y escrita… ¡y marcarte el bilingüismo como tu próximo reto académico!