Los datos resultan abrumadores cuando se trata de la salud mental en niños o adolescentes: la depresión, la ansiedad y los trastornos emocionales afectan a un número creciente de niños y jóvenes menores de 19 años, según los últimos informes de UNICEF y de la Organización Mundial de la Salud. El diagnóstico temprano, los profesionales especializados en psicología infantil y el acceso a tratamientos específicos son de vital importancia a la hora de detectar y proteger a los jóvenes, evitando su estigmatización y la extensión de estos trastornos a la edad adulta.

La intervención del psicólogo infantil, su capacidad de acercarse al niño o adolescente en dificultades y de revertir comportamientos o actitudes dañinas, puede ayudar a crear un clima saludable de desarrollo, resiliencia y gestión de las emociones. Pero, ¿qué define y por qué es tan específica la psicología infantil?
¿Qué es la psicología infantil?
Se trata de una rama de la psicología que se centra en los niños y jóvenes adolescentes para el diagnóstico y tratamiento de problemas de carácter emocional que pueden afectar a su desarrollo cognitivo, afectivo y social. Las características de un psicólogo infantil son algo más específicas que las de un profesional generalista, dadas las propias características de los pacientes y las técnicas de análisis y tratamiento que se les deben aplicar.
Según la Organización Mundial de la Salud, más del 13% de los niños y adolescentes del mundo con edades de 10 a 19 años padece un trastorno psicológico
Así, por ejemplo, en psicología infantil existen terapias basadas en el juego o dinámicas familiares que ayudan a evaluar el comportamiento del niño o adolescente y a realizar un diagnóstico eficaz. En muchas ocasiones, la habilidad para expresar sentimientos o sensaciones está más limitada en los más pequeños, y son otras técnicas como el dibujo o la expresión corporal las que se utilizan para poder identificar posibles trastornos.
De hecho, resulta bastante habitual que el psicólogo infantil se apoye y evalúe la situación familiar o escolar para realizar un diagnóstico adecuado, ya que las características del entorno pueden influir en la aparición y desarrollo de trastornos psicológicos. El trabajo en los propios centros escolares es, además, una de las salidas más habituales de este tipo de profesionales, donde actúan para prevenir el acoso, apoyan en el asesoramiento pedagógico y pueden identificar alteraciones conductuales en los estudiantes.
En ciertos casos, los psicólogos infantiles colaboran también con otros profesionales, como médicos o trabajadores sociales, si resultara necesaria una intervención más personalizada en el paciente.
Trastornos más comunes en psicología infantil
La psicología infantil es una de las ramas de la psicología más importantes, ya que se centra en una etapa fundamental del desarrollo humano, en la que niños y adolescentes adquieren los rasgos y la personalidad que les caracterizarán en la edad adulta.
Son muchas las áreas que contempla la psicología infantil, desde aspectos comportamentales a dificultades en el aprendizaje o en la integración social. Sin duda, son todas variables fundamentales sobre las que actuar para que niños y adolescentes disfruten de un desarrollo emocional sano. Sin embargo, aunque la mayoría de los trastornos en estas etapas suelen estar relacionados con alteraciones del sueño, control de impulsos o dificultades en la concentración, existen también otras patologías cuya identificación en edades tempranas resulta vital, tales como:
- Trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
- Trastornos de ansiedad o de la alimentación
- Autismo
- Depresión
El psicólogo infantil podrá identificar estos trastornos y actuar sobre ellos para, junto a otros profesionales si fuera necesario, contribuir al bienestar del niño y de su familia. A través de la observación y análisis del comportamiento, pero también desde el conocimiento de los factores de riesgo que rodean al niño, como son los genéticos o ambientales, el psicólogo podrá pautar una terapia que ayude a responder mejor a sus necesidades.
La identificación temprana de todos estos trastornos, ya sean provocados por una patología o como consecuencia de alguna situación traumática o especialmente ansiógena (como el acoso escolar, por ejemplo), sin duda contribuirá a que el niño continúe su desarrollo cognitivo, afectivo y emocional de la forma más saludable posible. Por ello, los expertos recomiendan acudir a un profesional cuando se detecte un cambio en la rutina o actitud de los niños, por ejemplo si aparecen alteraciones en su conducta, falta de motivación por la actividades cotidianas o disminuye su rendimiento escolar.

Si quieres trabajar como psicólogo infantil, el primer paso debe ser cursar un Grado en Psicología como el que ofrece la Universidad CEU Fernando III de Sevilla. Durante cuatro años, adquirirás los conocimientos necesarios para detectar y tratar problemas emocionales y conductuales de diversa naturaleza, y además estudiarás en profundidad asignaturas específicas como Psicología de la Educación, Psicología del Aprendizaje o Psicología del Pensamiento y el Lenguaje; todas ellas, materias que te ayudarán a entender la mente de los niños y adolescentes, ¡y que constituirán la primera etapa en tu camino hacia la especialización en psicología infantil!