La alimentación influye, y mucho, en nuestro rendimiento deportivo. Seguir una dieta saludable y adaptar lo que comemos al entrenamiento que desarrollemos puede ayudarnos a conseguir mejores resultados, optimizar nuestra energía y, en general, a sacar el máximo partido a nuestra actividad física. Una correcta combinación de nutrición y deporte no sólo es adecuada, sino que resulta imprescindible para poder llevar una vida saludable y mantenerse en forma, ¡tanto si somos aficionados a algún deporte como si nos dedicamos profesionalmente a ello!
¿Qué relación hay entre nutrición y deporte?
Seguir una dieta equilibrada es esencial si queremos mejorar nuestra forma física. El estilo de vida actual, tan ligado al sedentarismo y a un ritmo acelerado, puede hacernos caer con facilidad en una alimentación poco saludable, procesada y de consumo rápido que no sólo no juega a nuestro favor, sino que además puede perjudicarnos seriamente. Esto no quiere decir que no podamos concedernos un capricho en algún momento puntual, pero abusar de las grasas saturadas e hidrogenadas, las harinas y el azúcar, por ejemplo, harán que nuestra salud acabe por resentirse: colesterol, obesidad, riesgos cardiovasculares… ¡todo lo contrario a lo que un deportista necesita!
Una alimentación equilibrada, que además esté adaptada a nuestra actividad, hará que perdamos grasa, aumentemos nuestra masa muscular y, sobre todo, que generemos la energía suficiente para hacer frente al esfuerzo deportivo. Y, con ello, mejorar nuestros resultados e incluso prevenir la aparición de algunas lesiones o acelerar su recuperación.
Para conocer cuál es el punto de equilibrio perfecto entre nutrición y deporte, lo mejor es acudir a un nutricionista especializado o a nuestro preparador físico, que sin duda podrá darnos recomendaciones muy útiles para seguir una correcta dieta deportiva. Y es que no existe una fórmula única; cada deporte es diferente y requiere de un entrenamiento específico, aunque sí existen ciertas pautas generales que todo buen deportista debería seguir:
- Una adecuada hidratación que nos permita recuperar el agua y los electrolitos que perdemos cuando transpiramos: potasio, magnesio, fósforo…
- Apostar por una alimentación variada y lo más equilibrada posible, que combine elementos provenientes de la carne, el pescado, las legumbres, las verduras y la fruta.
- Evitar el sobreentrenamiento, que puede llevarnos a forzar demasiado nuestro cuerpo y provocarnos molestias musculares o lesiones.
Si a todos estos elementos le unimos un correcto descanso y un sueño de calidad, ¡complementaremos a la perfección nuestra dieta deportiva!
Claves para una buena dieta deportiva
No hay dieta mala si los alimentos son naturales y de calidad. Sin embargo, no todo vale cuando hablamos de nutrición y deporte porque, según el deporte que practiquemos, necesitaremos un aporte proteico mayor o un pequeño boost de minerales.
Como norma general, los deportistas requieren de nutrientes que aporten la energía suficiente para hacer frente al desgaste físico; apostar así por la pasta, el arroz, los tubérculos o los cereales siempre resultará adecuado, aunque la cantidad a ingerir deberá variar según la intensidad de la actividad. Los carbohidratos deberán tener una presencia importante en la dieta deportiva, combinando los de absorción lenta y rápida; los primeros, consumidos con antelación, nos ayudarán a mantenernos enérgicos durante la actividad, mientras que los segundos nos podrán ser útiles para reponernos practicar deporte.
Las proteínas y grasas saludables resultan también fundamentales, ya que colaboran a regenerar los músculos y fortalecer nuestro sistema inmunitario. No nos harán tener más energía, pero sí más fuerza para adquirir cierto fondo, por lo que no deben faltar en nuestra dieta si vamos a practicar algún deporte de resistencia. Las proteínas las encontramos en la carne, algunos lácteos, los frutos secos y los huevos, donde también se combinan con grasas beneficiosas como el omega-3: ¡las grasas, sobre todo si son vegetales o provenientes de pescado azul, sin duda también deben estar presentes en nuestra dieta deportiva!
Por otro lado, las vitaminas y minerales colaborarán a que nuestro metabolismo funcione correctamente mientas nos entrenamos o practicamos deporte, por lo que no debemos descuidar su consumo antes y después del ejercicio. Podemos acudir también a suplementos vitamínicos, pero siempre es recomendable favorecer la absorción desde fuentes naturales a través de la alimentación: las vitaminas del grupo B son muy importantes para los músculos, la vitamina D es básica para los huesos y la vitamina C hará que absorbamos mejor el hierro… ¡las encontraremos en los pescados grasos, las frutas, los lácteos y las verduras!
Entre los minerales, algunos de los más importantes son, aparte del hierro, el magnesio, el zinc o el potasio: ¿cuántas veces nos han recomendado comer plátanos para evitar los calambres o favorecer la recuperación de los músculos? Y es que un buen aporte de minerales, a través de la alimentación o de la hidratación, nos ayudará a regenerar tejidos, encontrarnos con más energía y reponer los líquidos y electrolitos que perdemos con el esfuerzo físico. Por ello, no dudes en consumir frutos secos, hortalizas y verduras, pero también bebidas isotónicas para evitar la deshidratación en tus entrenamientos.
Conocer en profundidad los alimentos, sus propiedades y conocer la relación entre nutrición y deporte es clave para alcanzar un óptimo rendimiento deportivo
Una dieta saludable es siempre una buena opción y sus beneficios no sólo se hacen visibles cuando realizamos algún deporte. Incluir el mayor número de frutas y verduras posible en nuestra alimentación, no abusar de las carnes rojas y evitar a toda costa las grasas trans (bollería, mantecas, ultracongelados, fritos…) harán que nos sintamos mejor, con más energía, ¡y preparados para llegar a nuestra meta!