Seguro que has oído hablar de las soft skills, básicas al estudiar marketing o al formarte en otras profesiones del área empresarial. Son aquellas habilidades no técnicas que tendrás que trabajar y potenciar si quieres optar a mejores empleos. En definitiva, son algunas características de tu perfil profesional que cada vez llaman más la atención de las empresas.
Aunque hay muchas más habilidades blandas interesantes, nosotros las hemos reducido a aquéllas más habituales. Antes de terminar tu Grado en Marketing y Gestión Comercial, ¡te invitamos a plantearte las preguntas siguientes!
1. ¿Serías capaz de mantener una conversación en inglés?
Y no, no se trata de hablar de tus aficiones o de explicar qué hiciste el fin de semana pasado. En el mundo de los negocios y de la empresa, se habla inglés. Y esto significa ser capaz de negociar, desarrollar argumentos y defender tu punto de vista en ese idioma. De forma oral y escrita. Ah, nadie dijo que esto fuera fácil, ¡pero tiene todo el sentido del mundo! Hoy en día, prácticamente ninguna empresa opera a nivel local. Lo más probable es que acabes diseñando estrategias de expansión internacional, campañas promocionales para penetrar en algún mercado o acudir a eventos sectoriales en otros países.
Por algo hablamos de marketing así, en inglés. Por eso, si quieres un consejo de amigo, lánzate ya a clases específicas de Business English. Lee medios especializados. Sintoniza la BBC News. Aprovéchate de todos los talleres y actividades idiomáticas que la universidad te ofrece. Vete de Erasmus+: ¡internacionaliza tu currículum!
La buena noticia es que, si eres español o latinoamericano, juegas con una ventaja competitiva de partida: tu idioma nativo. Porque, si bien todo el mundo habla inglés en el mundo empresarial, no todos dominan el español u otros idiomas. Así que, si además del inglés hablas español, algo de chino, francés o alemán: ¡enhorabuena, es uno de los aspectos que más va a valorar la persona que analice tu currículum en el futuro!
2. ¿Cómo solucionarías un conflicto?
Y no estamos hablando de grandes retos o crisis institucionales. Hablamos de personas, aquéllas para las que trabajas o que trabajan contigo (o para ti). La capacidad para cooperar de forma eficiente con personas diferentes es esencial en el mundo del marketing.
Es más, probablemente tengas que enfrentarte a pequeñas situaciones de crisis con esas personas. Y lo más fácil será buscar un culpable (piénsalo, siempre lo hacemos). Por eso, te aconsejamos que cambies tu foco del quién al por qué: de buscar un chivo expiatorio a indagar en el origen del conflicto. Y, evidentemente, trazar una estrategia y buscar una solución conveniente para todas las partes. Añade un plan de seguimiento y te ganarás una medalla en problem solving.
Por eso, en marketing olvídate del egocentrismo y céntrate en conocer a tu interlocutor y sus circunstancias. Si es un cliente, conviértete en su aliado. Si es un compañero, recuerda que todos formáis parte del mismo equipo y que, al final, lo que cuenta es vender de la mejor manera posible.
Y es que, en esencia, el trabajo en equipo y la resolución de conflictos se basan en la escucha y en el respeto por la diferencia. Porque pensamos de forma diferente y nos enfrentamos a los retos de forma diferente, sobre todo si actuamos en un contexto internacional: ¿crees que podrás utilizar los mismos argumentos de venta con un cliente nórdico que con uno árabe?, ¿piensas que un problema interno será percibido de la misma manera por un colega alemán que por uno español? No, nosotros tampoco.
3. ¿Estudiar Marketing o dominar el Big Data?
Si creías que los números eran responsabilidad exclusiva de los de Finance, estás muy equivocado. Evidentemente, un profesional del marketing ha de estar familiarizado con el estado financiero de su empresa. Por eso, es necesario saber de contabilidad, de análisis de costes y de gestión. Pero hay que ir más allá…
En la actualidad, es esencial contar con capacidad analítica para resolver problemas, detectar tendencias y tomar decisiones. Eso sí, basándose siempre en datos. Lo que en inglés se llama data-driven analysis (¿te hemos mencionado ya lo de hablar inglés?).
Y no te preocupes si no accedes a la universidad siendo un as de las matemáticas. Existen en la actualidad programas académicos que te permitirán estudiar Marketing o ADE y aprender todo sobre el análisis de datos. De hecho, aquí entran en juego tanto la creatividad como los números. Y, para entrenarte, sólo tienes que descargarte alguna tabla con datos y estudiarla minuciosamente: ¿qué me están diciendo estos números?, ¿hay algún patrón que pueda detectar?, ¿qué están cuantificando exactamente y por qué?, ¿me resulta de utilidad esta masa de datos?
Quién sabe, ¡quizás descubras que los datos son tu nuevo mejor amigo en la toma de decisiones de venta!
4. ¿Dónde está tu puesto de trabajo?
Estudiar en Sevilla, vivir en Sevilla… ¿trabajar en Sevilla? Lo sentimos, pero esto ya no funciona así. Puede sonar manido, pero la globalización y las nuevas tecnologías han hecho desaparecer las fronteras físicas en el trabajo. Y no sólo porque es totalmente posible hacer una presentación comercial a clientes desde tu propia casa, o visitar ferias virtuales desde tu sofá.
Hoy en día, viajar físicamente al otro lado del mundo es más fácil que nunca. En Europa, no existen fronteras desde hace tiempo. El mundo mira a China, a India, a Dubai. Las empresas españolas construyen sedes en América Latina, ¿y tú te vas a quedar siempre en el mismo lugar?
La adaptabilidad y la flexibilidad, a todos los niveles, son otras soft skills básicas en el siglo XXI. Los cambios sociales y tecnológicos son cada vez más rápidos y los profesionales del marketing tenemos que ser ágiles para responder a las necesidades de nuestro entorno. Si sabes que tu mercado está en Malasia, viaja a Kuala Lumpur. Si tu cliente es un millennial, véndele a través de TikTok. Cuando tengas que hacer una videoconferencia con un partner japonés, prepárate para abrir Microsoft Teams a las 3 de la mañana.
¿Horarios de 9h00 a 18h00 en una oficina física en el centro de la ciudad? Quizás en el siglo pasado.
5. El storytelling, ¿por qué es importante contar historias?
Todos sabemos que hay que saber comunicar: para escribir una carta de motivación, para enfrentarnos a una entrevista de trabajo, para crear un buen anuncio… Parece sencillo, pero no lo es: comunicar no es sinónimo de sorprender (o por lo menos, no siempre).
Si bien lo piensas, los comunicadores son vehículos de ideas. De lo que se trata es de transmitir una idea, y de hacerlo de la mejor forma posible para la persona que tiene que recibir el mensaje. Y, no nos engañemos, a todos nos gustan las historias interesantes: nadie recuerda una película sin argumento, aunque sea considerada una obra maestra del cine.
Así que, cuando vayas a transmitir un mensaje, piensa en una historia. Esto se llama, lo habrás adivinado ya, storytelling. Una historia que no sólo te puede ayudar a vender mejor un producto (para eso ya existen los creativos publicitarios), sino también un proyecto o incluso un plan de trabajo. Al final, de lo que se trata es de transmitir una idea y de conseguir que el receptor empatice con ella. Empatía, palabra clave. Porque, a partir de ahí, todo va a ser mucho más fácil: ¡es tan sencillo que colabore contigo una persona con la que has logrado empatizar!
Y, aunque esto no es estrictamente una historia, sí que es un relato. Y todo relato tiene su final. Si has leído hasta aquí, ¡gracias! Pero si has saltado hasta este último párrafo, te hacemos un resumen de nuestros 5 consejos para futuros graduados en Marketing: analiza, construye, sé flexible, colabora. Y, si puedes, sácate el C1 de inglés.